Estamos a unos 20 kilómetros de Santiago, hace un sol espléndido, como en los días anteriores. Varios chicos caminan con sus padres por una senda de tierra que sube hacia el aeropuerto de Lavacolla. La subida es empinada, y pesa, en las piernas, la distancia acumulada en las etapas anteriores. Adelantamos a una señora asiática, sobre los 60 años. “Buen Camino”, “buen Camino”, y seguimos la marcha.

Dos días antes, habíamos salido de Tajamar 39 personas, entre profesores, padres y alumnos, rumbo a Palas de Rei. Con este particular Camino, concluíamos otro “camino”: el que comienzan las familias en Primaria, con las etapas de Madrid, para preparar la Primera Comunión. Cinco años más tarde se cierra el ciclo de los Sacramentos de iniciación con la Confirmación que recibirán a final de curso.

«Eres rico»

Un poco más adelante nos paramos a sellar en un kiosko, y la señora nos alcanza. Se queda mirando un rato, como haciéndose la composición del lugar, y nos pide una foto. Nos cuenta brevemente por qué está haciendo el Camino, de dónde viene, y nos pregunta por nosotros. Somos de Tajamar, un colegio de Vallecas, Madrid. Venimos un grupo de alumnos de 2º de la ESO con algunos padres y profesores. “¿Todos varones?” Se sorprende. Después de la foto, se gira hacia uno de los padres: “¿son tus hijos?”. “Solo aquel. Este es mi sobrino, y los demás son amigos”. “Eres rico”, le suelta antes de darse la vuelta y seguir caminando.

Nos lo cuenta luego, mientras tomamos el aperitivo en un bar de Lavacolla, antes de empezar la subida al Monte del Gozo. “Eres rico”. Se queda la frase como flotando en el aire, entre ración de pulpo, queso, un poco de fuet y unas bebidas. Y lo cierto es que, sentados al sol, descalzos, después de haber recorrido unos 60 km en tres días, todos quedamos de acuerdo en que sí. Somos ricos.

Porque no tiene precio compartir con tus hijos y sus amigos unos días caminando, desayunando como reyes en “Chiquitín”, descansando junto a un río a media etapa, comiendo bocatas en un parque, echando la tarde jugando al fútbol en Melide, rezando junto a la tumba del Apóstol… No tiene precio poder leer la invocación al Señor Santiago y participar en la Misa del peregrino, sentados en la escalera de piedra de la Catedral.

Cuando uno va de visita, es habitual llevar algo a quien te recibe en su casa. D. Juan Pablo nos lo recordaba continuamente: “¿Qué le vas a llevar a Santiago?”. Después de tres días de Camino, ya en la plaza del Obradoiro, la respuesta era obvia: A Santiago le llevamos nuestros tesoros, esas riquezas que nos recordaban el día anterior: nuestro esfuerzo, optimismo, gratitud, alegría, amistad, intenciones y buenas obras. Nuestra sincera conversión. Porque de todo eso nos sobra. Porque somos ricos.

Un Camino para todos

En esa Misa del Peregrino Javier Baz y su padre, Francisco, subieron al presbiterio para hacer una invocación al señor Santiago. Esta invocación se había preparado desde Tajamar y en ella se decía al Apóstol que “en nombre del Colegio Tajamar nos presentamos en tu catedral de Compostela para venerar tus sagrados restos. Y aunque solo somos una pequeña representación de nuestra escuela, hemos caminado por todos ellos”.

El Camino de Santiago de los alumnos de 2º de Secundaria se ha convertido en una tradición que comenzó en el curso 2004/2005. Desde entonces, han sido pocos los años en los que no se ha podido realizar. Cada año su organización ha ido variando. En esta ocasión, se contactó con la empresa Agencia del Camino, especializada en ayudar a los peregrinos del Camino, que se esmeró –como destacaban los asistentes– en el soporte diario, sobre todo de alimentación y de gestiones locales.

Invocación completa al Apóstol Santiago

Señor Santiago, en nombre del Colegio Tajamar nos presentamos en tu catedral de Compostela para venerar tus sagrados restos. Y aunque solo somos una pequeña representación de nuestra escuela, hemos caminado por todos ellos; también por las necesidades de España. En cada paso dado, hemos traído las intenciones de cada persona que forma parte de Tajamar: padres, profesores, alumnos, personal de administración de servicios, capellanes, entrenadores del Club Deportivo; queremos que, de alguna manera, desde Infantil, pasando por todas las etapas educativas, y llegando a Formación Profesional, todos estén aquí presentes.

Queremos acordarnos especialmente de los que sufren por diversos motivos: enfermedad, soledad, falta de trabajo, etc. Te pedimos por María Jesús Martínez, Miguel Sierra y Fernando Marchena, profesores del colegio, para que el Señor les alivie en la enfermedad y puedan recuperarse pronto y bien. También por las necesidades de cada uno, que son tantas como personas forman la gran familia de Tajamar; que para nosotros es como un segundo hogar, el lugar donde nos gustaría que siempre exista un ambiente de unidad y de entrega verdadera de todos. El cambio de cualquier persona siempre empieza en su interior y queremos pedir que Dios nos conceda la conversión del corazón, porque es lo que hará que se viva un verdadero espíritu cristiano, que lo transforma todo a su alrededor y esto solo puede suceder si ponemos a Jesucristo en el centro.

Pedimos que este espíritu reine en el corazón de todas las personas que forman la humanidad, para que el mundo cambie su mirada y la dirija a Jesús, Señor de la Historia. Que todos le conozcan haría que el mundo cambiase radicalmente hacia el bien y su máximo exponente, la caridad, porque no es justo que no haya paz, que haya pobreza, que existan los odios. Estamos convencidos, y queremos pedirte ayuda para alcanzarlo, que esta es una forma de vivir bien, porque es vivir junto a Dios, sin olvidarnos de su Madre, nuestra Madre, la Virgen y de todos los santos, que interceden por nosotros en todo momento.

Señor Santiago, ruega por nosotros.