Las AMPAs del colegio  Tajamar y Los Tilos se movilizan para decir stop a la Ley Celaá (LOMLOE), la nueva Ley educativa que está tramitando el Gobierno “por la puerta de atrás” en el Congreso. Esta Ley carece de todo consenso social y margina a los expertos educativos y a las familias. Para concienciar de los graves ataques que hace esta Ley a la libertad de elección y a la enseñanza concertada se ha creado la plataforma MasPlurales. Desde ella se han puesto en marcha diversas acciones.

La primera fue la presentación a la prensa de la campaña MasPlurales, MasLibres, MasIguales. Tras ella, se inició una recogida de firmas a través de la web de esta plataforma con el objetivo de presentarlas en el Congreso, a cuyas puertas también se han realizado varias movilizaciones de protesta. Si no has firmado todavía puedes hacerlo desde este enlace a la plataforma MasPlurales. Pueden hacerlo los mayores de 14 años.

Después de la presentación de la campaña de comunicación de MasPlurales, las AMPAs de Tajamar y Los Tilos convocaron una conferencia con el Presidente de CECE, Alfonso Aguiló, en Tajamar, que fue seguida de modo presencial y a través de Youtube el pasado 21 de octubre. Este experto educativo desgranó los principales ataques contra la libertad de elección de los padres, los conciertos de centros educativos, la educación especial y la autonomía de los colegios, además de control ideológico por parte del Estado, que contiene la Ley Celaá.

Las familias salen a la calle los miércoles

Pero las familias quieren ser oídas y vistas. Con ese fin, todos los miércoles han convocado movilizaciones en la calle, a la salida de clase. De momento ha habido dos. La primera de ellas tuvo lugar el pasado miércoles 4 de noviembre. Un centenar de familias desplegaron un gran lazo naranja -símbolo de la campaña stop Ley Celaá- y leyeron una manifiesto que, según Pablo Tauler, presidente del AMPA de Tajamar, “recoge diez razones más allá de ideologías y opiniones políticas por las que rechazamos esta ley ideológica y de pensamiento único”. Al terminar hicieron una pitada final a la ministra.

La participación de familias en las movilizaciones aumenta a medida que se conocen los artículos de esta Ley en los que se ataca directamente el derecho de los padres a elegir libremente la educación que quieren para su hijo. Por ejemplo, la última movilización, que tuvo lugar el pasado 11 de noviembre, concluyó con una “soltada” de más de 500 globos, uno por cada participante. Las familias quieren así contrarrestar el silencio y la falta de diálogo que está habiendo en el trámite de esta nueva Ley de educación. Con estas iniciativas pretenden que se escuche su voz y decir stop a la Ley Celaá.

Manifiesto de las familias contra la Ley Celaá

La LOMLOE recoge en su articulado una serie de artículos que, de hecho, pretenden eliminar  libertades fundamentales en materia educativa y ponen en peligro la calidad de la educación de las futuras generaciones. Recogemos a continuación los puntos del Manifiesto que leyeron las familias durante la movilización del 4 de noviembre:

  1. La LOMLOE impone una ley partidista e ideológica, sin visión de Estado y sin atender el clamor ciudadano y de la comunidad educativa. Todos queremos estabilidad y un Pacto de Estado por la Educación
  2. La LOMLOE pretende eliminar la demanda social como elemento a tener en cuenta en la programación de puestos escolares. Es decir, la Administración no valora la elección de las familias -de todos nosotros, los ciudadanos-, para cubrir las vacantes de plazas escolares. La eliminación de la demanda social supone un paso más en la planificación unilateral de la Administración y el cierre de unidades concertadas con demanda en beneficio de plazas públicas vacías. También elimina la consideración de subsidiariedad de los centros concertados.
  3. La LOMLOE se inventa un “derecho a la educación pública”. El único derecho existente es el “derecho a la educación”, y este se garantiza mediante plazas suficientes en los centros sostenidos con fondos públicos, también, por tanto, en los de iniciativa social o concertados.
  4. Vuelve a postergar la enseñanza de la religión, a la que deja sin alternativas y sin efectos en la evaluación. Pretende obligar, como opción, el laicismo activo como ideario de la educación y lo quieren aplicar incluso en los centros que no son de titularidad pública.
  5. La LOMLOE abre la puerta a la inclusión de un representante del Ayuntamiento en el Consejo Escolar de cada colegio. Esta medida, además de innecesaria e injustificada, supone una interferencia en el ideario y proyecto educativo de los centros y la creación de un “comisario político”.
  6. La LOMLOE insiste, sospechosamente, en los derechos de la infancia, que nadie cuestiona. Intuimos un nuevo ataque a las familias, que incluye el olvido de que el garante principal de esos derechos son los padres mediante la institución de la patria potestad, no el Estado. Es inevitable que al ver esta insistencia en los derechos de la infancia, la pongamos en consonancia con la desafortunada reflexión de la Ministra Celaá cuando dijo que “los hijos no pertenecen a los padres”. Igual cabría preguntarle si en su opinión pertenecen al Estado.
  7. Establece la posibilidad de la distribución del alumnado por parte de la administración para evitar supuesta segregación educativa. Hay quien opina que es una garantía de igualdad. ¿No es más igualdad que la familia elija el mejor centro que crea para su hijo, en lugar de que lo haga la Administración?
  8. La LOMLOE insiste, como las leyes anteriores, en la ausencia de autonomía de los centros. En realidad, cree en la desconfianza, la centralización, el intervencionismo, las injerencias… y deja sin margen a los centros.
  9. Junto a las declaraciones del Ministerio, la LOMLOE cuestiona la supervivencia de los centros específicos de educación especial. Queremos inclusión, también para la educación especial.
  10. La LOMLOE ataca a los centros de educación diferenciada, independientemente de los logros académicos y de igualdad que alcanzan. Ignora la altísima satisfacción de las familias y el reconocimiento específico de los Derechos Humanos y de las sentencias del Tribunal Constitucional. Otro límite a la libertad de elección.

En resumen, ante una ley que propone un modelo único, estatal, laico e ideológico, las familias dicen stop a la Ley Celaá.