Cerca de noventa alumnos fueron galardonados en la edición de los Premios Excellence 2025 en los que se premian las calificaciones, los mejores proyectos realizados en las actividades complementarias, el esfuerzo y el compañerismo. Este último galardón es uno de los más preciados, pues lo conceden el resto de alumnos de cada clase por votación. La gala de los premios Excellence se celebró en el auditorio de Tajamar, abarrotado de familias.

La entrega de los premios estuvo presidida por el Director de Tajamar, Alf0nso Hernando Gutiérrez, y del Director de Secundaria, Rodrigo López Agúndez. Les acompañaban en la presidencia Álvaro de la Reina y Álvaro García, subdirectores de Secundaria, y Daniel Riquelme, jefe de estudios del segundo ciclo de la sección.

Los premios Excellence celebraban su 18ª edición. Como recordaba Alfonso Hernando en la clausura, “el Excellence se ideó como una oportunidad para que los alumnos crecieran más allá de lo estrictamente académico. Y no por obligación, sino desde la libertad”. Así surgieron los primeros talleres, las olimpiadas, las actividades artísticas, los debates; actividades pensadas para descubrir y desarrollar habilidades, inquietudes, pasiones. Y con los años se sumaron nuevas propuestas: exposiciones en inglés, teatro, fotografía, trabajos dirigidos, y más recientemente, estos reconocimientos que hoy celebramos.

El Director del colegio hizo hincapié en que “estos premios reflejan vuestro compromiso, vuestra superación, vuestra capacidad de crecer también en lo pequeño” y felicitó a las familias y profesores: “vosotros sois los primeros educadores. Nosotros, en el colegio, solo intentamos acompañaros en esa gran misión. Gracias por vuestra confianza. Y por supuesto, enhorabuena a todos los profesores que año tras año preparan actividades, impulsan proyectos y acompañan a cada alumno con entrega y profesionalidad. Es un orgullo formar parte de un equipo así”.

Rodrigo López Agúndez señaló al inicio del acto que esta celebración “lejos de ser una simple actividad de recreo, es un acto que profundiza en el sentido del trabajo y la vida en general, por ello, una  adecuada comprensión del ocio y la festividad son elementos fundamentales para vivir una vida plena y significativa, llena de sentido, cuyo inicio y fin siempre encuentran a Dios como motor.
Esta cuestión es nuclear para comprender que el trabajo, que implica alegría y fatiga, es el suelo fértil para que prospere la fiesta; por eso hoy, es un día bello porque al terminar el curso, después de tantos meses de esfuerzo culminamos con estos reconocimientos a esa labor buena y verdadera que habéis sabido llevar a cabo. Por tanto, no podemos olvidar que trabajo y fiesta, como nos enseña el autor citado, son realidades complementarias y no contrapuestas”.