1. ¿A qué te dedicas actualmente?

A la docencia, a escribir y a mi familia.

2. ¿Un proyecto para los próximos años?

Publicar una antología de los primeros poemas de amor de la historia (Mesopotamia, Egipto, China, India…). Los estudié mucho para mi tesis doctoral y me parecen tan desconocidos como fascinantes. El trabajo ya está hecho, así que si algún editor lee esta entrevista…

3. ¿Cuál es tu equipo deportivo favorito?

No tengo de eso.

4. ¿Una canción imprescindible para un viaje?

“El buscador de tesoros”, de Evohé.

5. ¿Cuál es el emoticono del Whatsapp que más utilizas?

Supongo que el de la carcajada.

6. ¿Qué aprendiste en Tajamar que te ha ayudado en tu profesión?

Que los años de Secundaria son cruciales.

7. ¿Qué piensas cuando pasas de camino cerca del colegio?

Que me gustaría volver.

8. ¿Lo que más echas de menos de Tajamar?

A los profesores.

9. ¿Eras de los que temían o les apasionaba el Test de Cooper?

Ni lo uno ni lo otro: me daba una pereza horrorosa.

10. Nunca olvidarás la excursión a…

No recuerdo el lugar, pero era idílico. Aprendí a jugar al crocket y tuve estupendas charlas filosóficas con algunos profes. Sin olvidar las noches de juerga (comedida) con los compañeros.

11. ¿Una anécdota curiosa como alumno de guardia?

No me acuerdo…

12. ¿Un profesor que te haya marcado?, ¿por qué?

No podría decir uno solo. Don Luis Calahorra, con sus comentarios ácidos y sus ejemplos geniales. No me mencionaré ninguno porque creo que hoy son eso que se llama políticamente incorrectos, pero he llegado a “plagiarlos” en algún relato. Don Casimiro, excelente comunicador y con una mano izquierda que me impresionaba incluso como alumno. Don José Ignacio Moreno, que nos dio Filosofía: “Todos los profesores dicen que su asignatura es la más importante. Pues en mi caso es verdad”. Y como olvidar al Masa: “En esa época eran frecuentes los matrimonios mixtos. Sabéis que los matrimonios mixtos son los de jamón y queso”.

13. ¿Cuál fue la asignatura que más se te atascaba?

Mates.

14. ¿El libro que más huella te dejó de los que te mandaron leer en el colegio?

Probablemente, El hombre en busca de sentido.

15. ¿Eras de campo de césped o de tierra?

El césped es mejor para echarse a leer.

16. El mejor belén que hizo tu clase fue…

Solía quedarme en casa el día de los belenes. Luego, cuando salí del colegio, empecé a ir a verlos. Uno es así de torpe.

17. ¿A quién te gustaría ver en el próximo Encuentro Siempre Alumni?

A Miguel Ángel Pérez Aguado, mi compañero de pupitre.

18. ¿Cuándo ha sido la última vez que visitaste Tajamar?

El 7 de noviembre. Fui a charlar con algunos profes sobre ‘Los pilares del cielo’.

19. ¿Cuál es la última persona de tu promoción con la que te has tomado algo?

Óscar Palomares y David Ortiz, hace bien poco ¡y en Tajamar!

20. ¿Qué consejo les darías a los actuales alumnos del colegio?

Que sean conscientes de que están en el mejor colegio del mundo.

Charlamos con Eduardo Gris

Cambiamos de resgistro. Ahora hablamos con Eduardo Gris su seudónimo como escritor. Se dio a conocer en el panorama literario español en 2017 con Amar mal mata (primer premio “A sangre fría” de Novela Negra, de Ediciones Ápeiron). Este año 2019, ha publicado su segunda novela,Los pilares del cielo en la colección “Narrativa” de Ediciones Rialp. Hablamos sobre esta última novela:

– ¿Necesitas ser “otro” para escribir o hay una explicación más sencilla?

Necesito encontrar una voz para cada historia. En esta novela, esa voz es la del personaje protagonista, que no soy yo pero tiene mucho de mí.

– ¿Por qué de jóvenes y adolescentes?

Porque son audaces, están en búsqueda y aún pueden sorprenderse.

– ¿Toda persona dispone en su vida de su momento de conversión? O esto está mal repartido y es una lotería…

Dios nos busca a todos, de eso no hay duda. Él sabe cómo, a través de qué cosas, de qué personas o acontecimientos. A unos los tira del caballo y a otros no; a unos parece gritarles y de otros parece esconderse. Pero estoy seguro de que no está mal repartido: Dios sabe lo que hace.

– Tú mismo has comentado en alguna ocasión que las partes más difíciles de Los pilares del cielo son las que más enganchan ¿por qué?

Es lo que a mí me han comentado los jóvenes que la han leído. Les han gustado especialmente los debates que aparecen en la novela, las peleas filosóficas, los argumentos lógicos… Y eso me alegra mucho porque no fueron pocos los adultos que, tras leer el manuscrito, dijeron que se me había ido la mano con la “filosofía” y que aquello era demasiado denso. Pero yo creía (y creo) que los chavales buscan razones, que quieren pensar, que tienen preguntas de calado y están dispuestos a esforzarse para darles respuesta. No quería escribir una historia facilona, quería que supusiese una aventura también intelectual.

– Hablamos para Alumni, cierto es que también llegará a los alumnos actuales. En pocas palabras ¿por qué les va a apasionar a los que la lean?

Creo que la historia de la famosa catedral de Justo, en torno a la que gira la novela, es a todas luces apasionante. Ese es el otro gran propósito del libro: comunicar lo que viví con ese hombre increíble durante las muchas horas que pasé ayudándole y charlando con él.

– ¿Cuál ha sido el comentario más sorprendente que te ha llegado de los lectores?

Una estudiante de segundo de bachillerato dijo que el libro la había ayudado en su vida.
Conseguiste el Primer Premio del concurso literario de la Fundación Tajamar (2018) con el relato titulado Viktor Pumay. Quizá no sepas que, cuando se abrieron las plicas de los ganadores, fue una alegría grande comprobar que los dos primeros eráis antiguos alumnos.

– ¿Esperabas ganarlo cuando te presentaste?

No, hay mucha gente que escribe muy bien.

– ¿Ha supuesto algo en tu carrera literaria o queda como un buen recuerdo?

Supuso conocer a Santiago Herraiz, que formó parte del jurado y que tuvo la generosidad de ponerse en contacto conmigo para que le enviase otros de mis trabajos. Le hice llegar Los pilares del cielo y me ofreció publicarla en Rialp. Así que la novela ha visto la luz, y en una editorial de enorme prestigio, gracias al concurso de Tajamar.

– ¿Algún nuevo proyecto literario…?

Me rondan varias ideas para nuevas novelas, pero aún estoy peleándome con ellas.
Para finalizar, ahora que ya estás con la guardia baja, una pregunta difícil que interesará, sobre todo, a los profesores que te dieron clase. Y es que tú ahoras trabajas en un colegio como profesor de Humanidades:

-¿Qué diría Eduardo alumno a Eduardo profesor?

“Cuando tus alumnos se pongan pesados, recuerda la guerra que diste”.