Dos profesores de Bachillerato Humanidades de Tajamar, han sido invitados a participar como ponentes de dinámicas docentes en el Encuentro Iberoamericano de profesores de Humanidades  para explicar cómo se puede enseñar las Humanidades. Uno de ellos es Marcos Rouces, profesor de Filosofía, y, otro, Álvaro de la Reina, profesor de Historia.

En el Encuentro Iberoamericano de Profesores de Humanidades 2022 fue invitado a participar como ponente Arturo Cañamares, Director del departamento de Religión y Ética de Tajamar. Este año el Comité organizador del Encuentro ha querido contar con las experiencias de estos dos profesores de Bachillerato Humanidades.

El Encuentro Iberoamericano de Profesores de Humanidades, está organizado por el Grupo Siena y tiene como objetivo reivindicar una educación humanista dentro de los currículos escolares con el fin de cultivar la sensibilidad estética y moral de los alumnos, mediante la lectura, el arte, la literatura, la reflexión; y para compartir buenas prácticas que hagan más atractivas las asignaturas a los estudiantes de hoy”, señala el Director General de Siena, José María de Moya.

En 2022 el Encuentro se centró en los profesores de Religión. En esta ocasión los protagonistas serán los profesores e Historia y Filosofía. Los participantes escucharán reflexiones de expertos en materias relacionadas con la importancia y la enseñanza de las Humanidades y con unas experiencias prácticas positivas que han desarrollado otros profesores en el aula. Estos son los casos de Marco Rouces (Filosofía) y Álvaro de la Reina (Historia).

Conocerse a sí mismo

Marcos Rouces ha preparado una ponencia sobre la enseñanza inductiva de la Filosofía que titula “La Filosofía de lo cotidiano”, con la que pretende mostrar cómo “es inevitable que la Filosofía se cruce en nuestro camino y, por ello, pretendo presentarla a los alumnos como un saber de primera necesidad en su vida cotidiana”.

“La Filosofía está presente en nuestro camino y, por ello, es bueno entenderla como un saber de primera necesidad en la vida cotidiana”

Por ejemplo, “la amistad es una de las principales preocupaciones de un estudiante de 17 años”, señala este profesor de bachillerato humanidades. Y explica que “en la explicación de clase partimos de las relaciones que tienen con sus amigos y compañeros; y, a partir de ahí, vamos ascendiendo a valores como la lealtad y la sinceridad. Desde ese punto, vemos problemas filosóficos que se plantean desde hace dos mil años”.

En una época en la que parece que todo se mide por su utilidad, Marcos señala que “La Filosofía puede ayudar a pensar a los jóvenes de dos maneas: por un lado, la Filosofía plantea problemas muy antiguos. Los jóvenes de hoy piensan que sus padres y generaciones anteriores no entienden los problemas que ellos tienen. Sin embargo, la Filosofía puede ayudarles a entender esos problemas que se llevan planteando mucho tiempo y a los que se ha dado diferentes respuestas”.

“La Filosofía ayuda a desarrollar la capacidad de comprensión lectora, de análisis o de conexión de ideas”

Otro modo en que se puede ver la utilidad de la Filosofía es comprobar cómo ayuda a desarrollar la su capacidad de comprensión lectora, de análisis o de conexión de ideas “cada vez que el alumno se acerca a un texto filosófico que es, de por si, complejo”.

Comprender el presente desde el pasado

Álvaro de la Reina, es otro profesor de bachillerato humanidades. Está convencido de las bondades de la asignatura de Historia “como vehículo básico para saber quién es uno y qué debe hacer con el mundo que le ha tocado vivir”. De hecho, no se cansa de decir que hay una conexión muy fuerte entre el presente y el pasado, y que no podemos comprender el mundo sin un pasado. Tal vez por eso haya tanta gente “desnortada”.

En concreto, Álvaro señala que “vivimos en una sociedad con un presentismo muy fuerte. Tenemos asumido que el pasado no tiene nada que enseñarnos; en todo caso, se estudia el pasado para ver qué hicieron mal nuestros antepasados y ver cómo escapar de él. Esta visión llevaría a contemplar el futuro como un tiempo de promisión y esperanza. De tal manera que la Historia quedaría como relato de todas las cosas que no se hicieron bien. Sin embargo, esta relación con el pasado hace que el alumno no se encuentre a si mismo: bien porque vive solo del presente y no sabe nada del pasado, bien porque tiene el pasado como algo claramente superado. Personalmente creo que hay que cambiar esta mentalidad y eso es un reto para todos, sobre todo para el profesor de Historia”.

“La relación con el pasado hace que el alumno no se encuentre a si mismo. Esto es un reto para el profesor de Historia”.

El Encuentro incluye varias actividades complementarias. Una de ellas es una visita guiada al Museo de El Prado. Arturo Cañamares, Amigo del Museo de El Prado, es el responsable de esas visitas.